Después, hemos sacado las jardineras al patio pequeño para que reciban la luz del sol, imprescindible para que crezcan fuertes.
Plantar una semilla, un árbol,... es la mejor muestra de amor hacia la Naturaleza. Para que los niñ@s aprendan su gran valor, es necesario que se acerquen a ella, que la sientan, que la experimenten, que la disfruten, que la huelan.
Plantar un árbol es un forma de devolver a la Naturaleza un poco de lo mucho que ella nos da.
Hace ya unos años, unas personitas maravillosas me regalaron un pequeño limonero en una maceta. Ahora, un par de años después, luce alto y brillante, pues lleva en sus ramas mucho cariño y muchos buenos recuerdos. A veces, las cosas más pequeñas, resultan las más hermosas.
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